Mi vida, en estos momentos mientras espero tu respuesta a uno de mis mensajes pienso, qué amor el nuestro, qué amor especial, sobrevive al tiempo y a la distancia y se desgrana con nuevos bríos en los momentos menos esperados.
Como hace un rato cuando me enviaste ese mail tan romántico que me hizo nadar en un mar de miel. Te amo Juanqui, siempre te amaré, como siempre te amé. Aunque hayamos tenido tiempos de distanciamiento, yo nunca dejé de amarte, vos fuiste, sos y serás para siempre ya el amor de mi vida.
Cuando yo haya dejado la vida quisiera que todos sepan que yo, tuve un sólo hombre a quien amé y que ese hombre fuiste vos, el que conocí siendo una adolescente, pero que desde ese momento amé con toda mi alma y hoy en el otoño de mi vida, puedo decir orgullosa que mi amor sigue tan vivo como entonces.
Quizás al fin sea una de la privilegiadas que puede decir que conoció el verdadero amor, el que se siente una sola vez en la vida y todo lo demás que aparezca, puede parecer amor, pero es enamoramiento o cariño o deseo, o costumbre, pero nunca ese amor tan especial.
N. de R. He estado leyendo entradas anteriores y son tan distintas a ésta, que cualquiera que lea pensará que devarío, lo que sucede es que yo tengo un pensamiento muy pesimista de nuestra relación cuando estamos alejados. Debo reconocerlo, soy yo la que siempre piensa mal, que todo está mal, que él no me quiere, que no le importo y cuando volvemos a estar juntos me doy cuenta que no es así. Pero es mi manera de ser y además sucede por la enorme distancia que nos separa que hace que no podamos vernos y decirnos todo lo que sentimos directamente y entregarnos también directamente y estar juntos por horas, no sólo haciendo el amor, sino además hablando, y aunque parezca mentira... conociéndonos... porque a la distancia es difícil conocer la totalidad de la personalidad del otro.
Eso es lo que me pasa que hace que siempre que estamos peleados yo escriba cosas tan negativas y cuando estamos bien, todas sean rosas, es que cuando estamos bien, él me muestra las rosas y sobre todo al principio de la reconciliación, creo que un poco para que no volvamos a distanciarnos o porque siente, como yo, cierto temor a que nos hayamos perdido para siempre. Creo realmente que eso nunca sucederá.





























