La estructura de la psique
La psique, según Jung se divide en cuatro zonas; el Yo, la conciencia, el inconsciente personal y la herencia arcaida individual. Las dos primeras pertenecen al ámbito de lo consciente, mientras las dos restantes forman el inconsciente.
El Yo, o zona yoica, es el centro de la estructura, en él se produce el conocimiento de la propia existencia.
La conciencia, circunda al Yo y está constituida por el conocimiento general del sujeto.
El conjunto formado por la conciencia y el Yo está escindido del mundo exterior por lo que Jung denomina persona (sinónimo de máscara). Con ello está designando la actitud del individuo mediatizada por la sociedad. Cada hombre es, en cierta medida, el producto de lo que se espera de él (padres, trabajo, sociedad, religión).
El inconsciente personal son los acontecimientos ocultos a la conciencia, y puede hacerse consciente a través del análisis psicoanalítico.
La hereencia arcaica individual es la aportación capital de Jung y está formada por el inconsciente colectivo, los arquetipos, (sueños, ensueños, visiones, fantasías y símbolos.)
El inconsciente colectivo
A partir del estudio del los sueños, los pensamientos subconscientes, las perturbaciones mentales y los rasgos culturales típicos de las culturas primitivas actuales, Jung creyó llega a descubrir la existencia de ciertos rasgos psicoloógicos humanos que, de forma genética, y a modo de atavismo, se han ido acumulando en forma de recuerdos de hechos fundamentales de la especie humana desde qu ésta se consstituyó como tal.
Esta sugestica hipótesis sostiene que el inconsciente colectivo se constituye a modo de un gran recipiente de sabiduría ancestral; el psiquiatra debe facilitar al enfermo su contacto con ella.
Los arqueticpos y los sueños
La teoría jungiana sostiene que en la psique humana se hallan registrados recuerdos del pasado de la especie. A estas imágenes las denomina arquetipos y vendrían a ser como "categorías universales de intuición y estimación". Estas categorías residen en el inconsciente colectivo y se heredan con la estructura cerebral. Estas imágenes o núcleos de fuerza adoptan distintas imágenes cuando llegan al umbral de la conciencia.
Los sueños, además de tener un valor personal y ser manifestaciones del inconsciente, tienen también un valor relacionado con el inconsciente colectivo. Jung adopta una actitud cuasi parapsicológica, puesto que las entiende como mensajeros de lo trascendente.
Además de los fenómneos mencionados, existen las revelaciones; éstas son símbolos de los arquetipos y tienen pluralidad de significados y un valor profético.
“Considero, por lo tanto, que la labor primordial de la psicoterapia es el aspirar con fiel determinación hacia el desarrollo individual. De este modo podremos emular a la naturaleza en sus esfuerzos por lograr que cada individuo realice su vida plenamente, pues no es sino a través del individuo que la vida adquiere significado”. (C. G. Jung, Obras Completas, vol. 16, párr. 229).
ResponderEliminar¿Sabes quien pinto la obra de la puerta?
Si es que si... m3rkaba@hotmail.com
Buen blog¡
Gracias! Recién hoy encuentro tu comenario, disculpá la tardanza, es que ya consideraba que nadie lo leía y por eso no miraba si tenía comentarios.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo con vos en cuanto a los fines que debe seguir la psicoterapia, justamente ahora estaría necesitando nuevas sesiones mirá vos.
En cuanto a la obra de la imagen desconozco el autor pero prometo tratar de conseguirlo y pasártelo.
Fue una agradable sorpresa encontrarte aquí perdidito por mi culpa. Agendo tu mail. El mío normapretti@hotmail.com Abrazo.