miércoles, 22 de junio de 2011

CATARSIS


No puedo cerrarlo, ni tampoco pasar por aquí y no dejar algo escrito de lo que siento. Como siempre, insistí una vez más, esta vez con un mail. Recibí una bonita respuesta referida a falta total de tiempo y que también necesitabas de mí. Pasó el fin de semana, mi hija ya comenzó a trabajar ayer, estoy sola, con tiempo libre y no recibo nada de vos como prometiste. Entonces me digo: no tiene sentido que te siga buscando, si estás tan ocupado otra vez vendrá la negativa y si no lo estás y es una mentira, vendrá la excusa del trabajo. En ambos casos ya no me cabe a mi tomar la iniciativa, esta vez si querés que continuemos de alguna manera, tendrás que ser vos quien se acerque, me llame, me mande un mail o un mensaje de texto. Aunque a esta altura yo ya estoy cansada de esos mensajitos escuetos que apenas entiendo y que no puedo contestar tan rápido como vos, lo más lógico y merecedor para mí y para esta relación a la que algo de respeto le debemos ambos, me imagino, es un llamado telefónico.
 Como sé que eso no se dará, ahora me voy al médico vuelvo pronto, pero si hoy a la tarde me da por desconectar el teléfono porque no quiero que nadie moleste mi siesta lo haré, si al fin sé con seguridad  que vos nunca llamarás.
 Bueno, al fin este lugar me servirá para hacer catarsis sobre vos y yo. Me es absolutamente imposible borrarlo, tiene una historia importante para mí, por lo menos eso... no quiero perder...

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