Qué poco estoy escribiendo, es que no estoy bien, el hastío me llena los días y me condena al encierro y a las tareas mínimas y poco edificantes. Es un círculo vicioso, más decaída estoy, menos cosas hago y más me decaigo. Lo bueno sería dar un salto y salir de ese círculo, pero dar un salto es algo que me cuesta mucho en estos momentos.
Debería tener una motivación, un acicate, algo que me haga sentir que estoy viva, que no sólo tengo la vida para verla pasar, que debo vivirla y disfrutarla, pero no lo encuentro, no puedo encontrar a nada ni a nadie que me proporcione ese aliciente, ese ímpetu que lleva a la gente a querer vivir la vida con toda sus fuerzas.
A mí se me terminaron las fuerzas, se me acabaron las ganas de vivir, se me está yendo la vida.
Ahora estoy escuchando a Laura que limpia y a mi hija mirando una novela brasilera mientras almuerza y el ruido que ambas producen con sus actividades me aturde, yo sólo quiero estar en silencio y sin nadie que me provoque molestia. Por Dios! que mal estoy! Ya tomé el segundo antidepresivo del día y siento esto!
Al fin me fui a dormir la siesta para evadirme de la realidad. Mañana tengo terapia voy a decirle a mi médico que sigo igual o peor, no tengo ganas de vivir.

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