miércoles, 4 de noviembre de 2009

Por favor no pierdas la fe


Estás triste mi amor, lo sé y es lógico. No es fácil perder tan drásticamente a los seres más amados de nuestra vida, no nos preparamos nunca para eso. Siempre pensamos que falta mucho, que seremos todos ancianos cuando empiece a ocurrir. Pero no, la vida o Dios, tienen estas cosas. Yo creo en Dios y en las misiones que nos envía a cada uno, cuando ya las cumplimos de una manera u otra nos lleva de nuevo con Él. A veces las misiones son poquitas o pequeñas, se terminan rápido y entonces parten rápido como mi nena, otras en cambio son más duras de cumplir y tardamos un poco más, como en este caso y a veces venimos con misiones muy difíciles o muchas más que los demás y entonces llegan como mi abuelita a los 93.
Pero ahora yo sé que nada te consuela, ni esto que te digo ni cualquier cosa que intente decirte, entonces voy a terminar pero sin dejar de recordarte que por favor, no pierdas la fe. Jesús vino en Navidad, y en ésta lo vas a notar más que nunca, no para que nos hagamos regalos y comamos mucho y tomemos mucho, tampoco para que llenemos el cielo de luces de colores, no, nada de eso le sirve a Jesús, Él lo único que necesita el 25 de diciembre es que recordemos que cuando en Semana Santa fue torturado y flagelado y sacrificado en la Cruz, todo ese sacrificio tuvo un solo fin, dejarnos la Esperanza de la Vida Eterna, y todo nos lo dejó escrito en el Evangelio. Son palabras dulces, palabras de paz y palabras de esperanza las que nos dejó Jesús, esperanza de Resurrección, de reencuentro en la vida eterna, la que hoy sin duda ya está gozando tu querido hermano, junto a todas las almas buenas que partieron antes.
Mantenete en la fe amor, aferrate a ella, buscá a Jesús cuando lo extrañes mucho, Él es nuestro hermano y nuestro amigo y cuando lo invocás con fe vas a ver que viene y te trae la paz que tanto necesitás.
Y por último no te olvides nunca que yo siempre estoy para escucharte. Que Dios te bendiga.

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