Hoy cuando iba viajando en el remís y sonó el celular y vi tu nombre y tu mensaje clave para encontrarnos, me quería morir, venía viajando por la ruta y no podía estar con vos.
Cuando llegué ya era muy tarde y en casa estaba mi hija. Nada fue a nuestro favor. Pero no pierdo las esperanzas de que el lunes podamos hablar a la tarde y sobre todo como te lo pedí por mail, que no dejes de acompañarme esta semana en que voy a necesitarte más que nunca. Cuando viene él yo te necesito a mi lado, pero si no podés estarlo físicamente, por lo menos no dejes de estar virtualmente o por teléfono, va a ser la única manera de que pueda sortear estos días horrorosos que me esperan con él en Buenos Aires.
Confío en vos mi amor. No me dejes sola por favor.
